POR: Prof. Lui
El reconocible símbolo del yin y yang es representado por una esfera dividida por la mitad. Cada mitad son polos opuestos que, al mismo tiempo, se complementan y son dependientes entre ellos. Estas dos mitades representan el equilibrio si se encuentran en coexistencia y armonía en un flujo constante.
El yin y yang se encuentran siempre en movimiento, en constante estado de transformación y fluidez entre los dos.
El yang representa el sol, que emite luz y calor; es amorfo, transparente e intangible; además, tiende a ascender.
El yin representa la luna, que es gélida y oscura. Todos los elementos del yin tienen forma, son tangibles, materiales y tienden a descender.
Nada en este mundo es, obviamente, blanco y negro. Siempre existirá diversidad entre los dos extremos. Si el día es yang, ¿qué representa el atardecer? El amanecer se encuentra al límite de la representación, pues simboliza el momento en el que deja de ser la noche y comenzamos un nuevo día con la salida del sol. El cielo sigue estando un poquito oscuro, simbolizando que hay un poco de yang dentro del yin.
El yin, desde la perspectiva humana, es personificado en las mujeres y el yang en los hombres. La combinación entre el óvulo (yin) y el espermatozoide (yang) deriva en la creación de una nueva vida. Esta nueva vida está integralmente compuesta de cuerpo, mente y espíritu con los pies en la tierra y con la mente en conexión con el cielo. En la antigua China se creía que somos espíritus que residen en cuerpos físicos, y que la vida es el eje conector de los tres niveles de cuerpo-mente-espíritu, mientras que los seres humanos somos criaturas que interactúan entre la tierra y el cielo.
Para más información, los hombres son yang y las mujeres son yin. Entre todos nosotros, las personas delgadas son yang mientras que las gordas son yin; los extrovertidos son yang e introvertidos yin; ser muy impetuoso te hace ser yang mientras que las personas calmadas son yin; los que son espirituales son yang mientras que los materialistas son yin, etc. En conclusión, todos somos diferentes y poseemos nuestro propio yin y yang. La humanidad es un océano hecho de diferentes gotas de agua, conformando un mundo multicolor.
Como hemos visto, el yin y yang está presente en todos los aspectos de la naturaleza y es esencial entender cómo funciona. Lo mismo ocurre con tu cuerpo, se considera por los taoístas como una miniatura del universo que mantiene el equilibrio entre el yin y yang, siendo ésta la clave de una buena salud.