POR: Camila Loew
Aunque no te lo creas, el té blanco, verde o negro no viene de diferentes plantas. Todas estas variedades provienen de la misma planta que se denomina camellia sinensis. Lo que hace que sean diferentes entre ellos, más allá del terruño (el territorio donde se cultiva), es la forma del procesamiento y su estado final para que se pueda tomar.
La parte más diferencial entre todas las variantes del té es su nivel de oxidación. Hablamos del proceso donde las enzimas, que se llaman oxidasa, reaccionan con las células de las hojas del té en estado caduco, pudiendo alterar su color y sabor.
Este proceso del té tiene cientos de años de antigüedad y ahora conocemos las explicaciones científicas detrás del fenómeno. Cada categoría del té tiene diferentes métodos de procesamiento, con sus diferentes pasos para que salga su forma final. Sin contar que en cada categoría puede haber a su vez distintos tipos de té, hay seis categorías principales, que se pueden clasificar de la siguiente forma.
Si bien el té se cultiva por todo el mundo, China sigue siendo la cuna del producto. Si eres nuevo en este mundillo, no te sientas intimidado por la complejidad que rodea todo su alrededor. Tomar té consiste simplemente en tener agua caliente, una taza y unas cuantas hojitas. En Cokare bebemos té con mucha frecuencia y priorizamos la calidad del producto ante todo. Preparar té con hojas sueltas es definitivamente una nueva experiencia en comparación de tomar té en bolsitas. No es muy complicado, pero es, sin lugar a dudas, más satisfactorio para tus papilas gustativas y tus sentidos. Si no sabes cómo preparar té con hojas sueltas, puedes contactar con nosotros en Cokare para más ayuda.