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¿Qué contiene una bolsita de té?

POR: Camila Loew

A pesar de que el té sea una bebida muy antigua, la bolsita que la gente asocia más frecuentemente con el consumo diario de té es un invento relativamente nuevo. No fue hasta 1908 que surgió la bolsa de té. Ocurrió de manera accidental, cuando el comerciante Thomas Sullivan empezó a enviar a sus clientes muestras de té en pequeñas bolsitas de seda. En el Reino Unido la bolsita no se impuso con firmeza hasta finales de los años 50, cuando el factor de conveniencia empezó a invadir los mercados nacionales de forma exponencial. Hoy en día, las bolsitas de té representan más del 95 % del mercado.

El material del que están hechas las bolsitas de té también ha evolucionado desde la invención de Sullivan, por desgracia, para peor. Aunque originalmente se hacían de seda y luego de algodón, hoy en día la mayoría de las bolsas de té, sobre todo las de las principales marcas del mercado que están en los carros de la compra y en los hogares de la mayoría de la gente, están hechas con un plástico llamado polipropileno. Esto significa no solo que no son biodegradables y, por lo tanto, dañinos para el medio ambiente, sino también que productos químicos no deseados pueden filtrarse en tu taza, convirtiendo lo que pensabas que era una bebida saludable en todo lo contrario. Ahora se reclama a las empresas la calidad de sus bolsitas de té y se hace un esfuerzo por sustituir el plástico por materiales biodegradables.

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La otra desventaja de comprar bolsitas de té listas para remojar es la calidad de las propias hojas de té dentro de la bolsa: la mayoría de las veces se trata de CTC (cut-tear-curl, en inglés, que se traduce como aplastar, rasgar, rizar), una forma de fabricar el tipo de té negro de baja calidad que suele encontrarse en las bolsitas de té, que rompe las células y hace que el sabor sea homogéneo y fuerte.

Si buscas la comodidad, pero no quieres sacrificar la calidad, una opción es comprar tus propias bolsitas de té de papel, que ya están disponibles en el mercado y llenarlas con té de hoja suelta de mayor calidad.

Hay otra opción, una nueva forma de té, tan conveniente como la bolsa de té centenaria, si no más, el té de cristal. Si partimos de la premisa de que el consumo de té ha cambiado muy poco en los últimos siglos, algunas empresas innovadoras se han propuesto crear una revolución en la forma de beber té, que tiene en cuenta el factor de la comodidad, además de la calidad del té.

Al cristalizar las hojas de té, se pueden empaquetar de forma individual. Cuando quieras tu dosis, solo tienes que abrir un paquete y disolverlo, ya sea en agua caliente o fría. Además de su gran comodidad, el método de cristalización preserva los nutrientes intactos, lo que garantiza un contenido de antioxidantes mucho mayor que el que se encuentra en las bolsitas de té. El proceso de producción también purifica el té, ya que es una forma de asegurarse de que no hay metales pesados ni pesticidas. Además, el envase individual ayuda a mantener los cristales de té puros e intactos; no pueden entrar moho o bacterias, algo que ocurre a veces con el té de hoja suelta y las bolsitas.

Por último, y quizás lo más importante, el sabor se mantiene al máximo. Cokare ofrece una gama de tés de cristal. Te invitamos a probarlos y a experimentar este nuevo formato por ti mismo. Cuidado, ¡podrías engancharte! Sería una adicción saludable para tener, si las hay.

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