POR: Camila Loew
El té, puede ser simple, complejo y variado al mismo tiempo; es la bebida que más se toma en el mundo (después del agua) y cuya historia data de hace miles de años. El primer consumo que se documenta del té consta aproximadamente sobre el siglo VII a. C. El origen de la palabra "té" en cada una de las culturas se cuenta que llegó a los distintos lugares del mundo por diferentes rutas comerciales. En países que recibían hojas de té por vía marítima, usaban palabras que empezaban por "t", como tea en inglés, thé en francés o te en italiano. Esto viene del dialecto chino en la provincia de Fujian. Países como Rusia, Irán, India o el Tíbet, lugares donde abunda la vegetación, usan palabras que empiezan por "ch" o "tch" que derivan del mandarín "cha".
Cuando hablamos de té, solemos emplear mal el vocablo. Tendemos a referirnos a cualquier tipo de infusión como té, sin saber si incluye o no la planta del té en la receta. El té es, objetivamente hablando, la infusión que proviene de las hojas de la Camellia Sinensis.
Lo que hace esta planta interesante es la cantidad de variantes y categorías de té que existen, como si hubiese un universo dentro de la planta. Hablamos del té negro, pu-ehr, oolong, blanco, amarillo, verde, etc. Estas variantes vienen de la misma planta, solo que se secan de diferentes formas.
El té tiene su origen en China, en la provincia de Yunnan, donde crecen muchas plantas de té silvestres, se usan, principalmente, con fines medicinales. En el primer siglo a. C. una de las primeras recetas medicinales incluyó el té como el método para «iluminar tus ojos y ofrecer una experiencia placentera para tu cuerpo». Si sueles beber té, sabrás que puede funcionar como un estimulante o un relajante. Su componente activo, la teanina, es un aminoácido que se puede encontrar en algunos hongos. La teanina se utiliza para mejorar tu mente. Asimismo, se usa para la ansiedad, estrés e inestabilidades mentales. ¡No nos olvidemos de la gratificante experiencia que nos ofrece beber té!
Desde China, sobre el siglo VI, el té comenzó a popularizarse en los países vecinos y posteriormente todavía más, a través del camino del té, un legendario viaje de casi miles de kilómetros de distancia. Cuando el té llegó a Japón, se desarrollaron nuevas vías de preparación y consumo, que derivaron en la archiconocida ceremonia del té o Chanoyu (que significa literalmente "agua caliente para el té").
El té llegó a Occidente a principios del siglo XVII, pero no se popularizó en Europa hasta un siglo después. El famoso té de las cinco en el Reino Unido se volvió popular como el intermedio durante el trabajo, lo que ayudó a que los trabajadores descansaran y pudiesen estar durante más horas antes de la cena.
El té se cultiva en todas partes en la actualidad, es muy fértil entre el paralelo 27 y 43. La forma más común de comprar y tomar té es a través de bolsitas. Una vez que empieces a consumir en hojas sueltas, entrarás en un nuevo mundo donde serás sumergido por los diferentes aromas que conforman los distintos tipos de té que haya por el camino.
Nada se puede comparar con la sensación de tomar un té de muchos años de historia por detrás. Si eres afortunado de beber hojas de té maduro, podrás sentir un gran flujo de energía tras tomarlo.
Aunque es cierto que la planta del té tiene propiedades medicinales, eso no quiere decir que no puedas disfrutar de una taza de té como si fuese una bebida normal y corriente. No es necesario que te pongas exquisito. Tan solo necesitas unas cuantas hojitas de té, agua caliente y una taza o tazón. Esperamos unos minutitos para poder saborear el té y disfrutar del momento.