La energía es uno de los ingredientes claves para una buena salud y para nuestro bienestar en general.  Permite el funcionamiento  eficiente del cuerpo y de sus sistemas fisiológicos .

Medicinas y culturas antiguas como la Medicina Tradicional China, destacan la importancia de la energía vital o Qi como determinante para poner en marcha la fuerza curativa natural que posee cada persona. Para esta medicina la fuerza vital se almacena en los riñones, y es durante los meses de frío cuanto más debemos cuidarla.

¿Qué es lo que causa la deficiencia de esta energía vital o Qi?

Las principales causas físicas o emocionales por las que aparece la sensación de agotamiento o saturación tienen que ver principalmente con el estrés crónico, que interfiere en la función inmunológica causando problemas de sueño, agotamiento y desánimo.

La mala alimentación; el consumo de alimentos procesados, estimulantes o con alto contenido en azúcar, que generan ansiedad y desvitalizan el cuerpo.

 Las sensibilidades alimentarias que muchas veces se desconocen, los desequilibrios hormonales que producen bajones de energía y también exceso de la misma.  El sedentarismo, la falta de actividad física  y  los temas emocionales no resueltos. 

Para hacerlo hacen falta estrategias que aumenten nuestra energía física, mental y emocional y hay abordarlas desde una perspectiva holística o integrativa, ya que estos sistemas están conectados entre sí y se retroalimentan:

 La nutrición juega un papel determinante, a través de la elección de alimentos  naturales y saludables que proporcionen energía y también equilibrio.

Entre ellos destacamos el Cordyceps, la seta de la energía por excelencia ya que promueve la claridad mental, mejora el rendimiento físico, aumenta la función inmunológica, mejora la función sexual, combate el estrés y promueve un sueño reparador debido a la presencia de cordicepina. Es un alimento nutracéutico y adaptógeno porque energiza, regula y calma. Se adapta a lo que tu cuerpo necesita.

El ejercicio físico también es determinante en la obtención de energía,  porque mejora el funcionamiento del cerebro al ayudar al flujo de oxígeno a través de los vasos sanguíneos y mejora el estado emocional debido a la liberación de endorfinas. Gestionar la intensidad del día a día  es todo un reto que requiere atención y acciones que se complementen entre sí; el cuidado y el uso que hacemos de nuestra energía  determinará nuestra salud física y psíquica, y en cierta medida nuestra longevidad.