POR: Camila Loew
La respiración es nuestra fuerza vital; la importancia de respirar bien no es nueva, pues existen inscripciones en piedra sobre este tema desde la dinastía Zhou, hace cientos de años. Nada menos que siete libros del Tao chino del año 400 a.C., se centran por completo en la respiración y en explicar para qué sirve. Según la sabiduría ancestral china y otros países, la forma que tenemos de respirar repercute en todo lo demás.
En la actualidad, estamos escuchando el término «bienestar respiratorio» como una palabra de moda. Esto se debe, sin duda, a la pandemia de COVID-19, que ataca sobre todo al sistema respiratorio. Hasta hace muy poco, los neumólogos no creían que existiera una técnica relevante para respirar e incluso los estudios más recientes sobre la importancia de la técnica respiratoria no se han realizado entre los neumólogos, pues estos solo se centran en los problemas de pulmón. Estos científicos están descubriendo que, desde los albores de la Revolución Industrial, la forma que tenemos de respirar como cultura, ha ido empeorando cada vez más.
Sin embargo, no hace falta sucumbir a un virus mortal para necesitar ayuda a la hora de respirar. En ocasiones, la respiración se ve afectada por el estrés cotidiano, por lo que tomar conciencia de nuestros patrones de respiración, tan solo unos minutos al día, supone una gran diferencia para mejorar la salud y el bienestar general.
Quizás te preguntes por qué necesitas reflexionar sobre algo que se llama bienestar respiratorio si al fin y al cabo, por suerte, llevas toda la vida respirando. Eso es lo que la ciencia actual trata de descubrir. El cómo respiramos importa, de igual modo que el hecho de respirar. Puedes pensar que realizar respiraciones profundas es solo tarea de las prácticas espirituales como el yoga y la meditación, pero si prestas atención a la mecánica respiratoria pura vivirás una experiencia realmente curativa.
La respiración regeneradora es una técnica que está al alcance de todo el mundo y se practica en las culturas antiguas desde hace miles de años. Aunque iban por buen camino, no sabían con pruebas científicas contundentes que está técnica mejora el rendimiento deportivo, relaja el sistema nervioso y reduce la presión arterial. Enfermedades como el asma, la ansiedad, el TDAH o la psoriasis, entre otras, pueden aliviarse cuando respiras mejor.
Aunque hablamos de salud respiratoria, en realidad, cuando respiramos, el sistema respiratorio y circulatorio son los que trabajan conjuntamente. El sistema respiratorio introduce el aire y el sistema circulatorio distribuye el oxígeno por todo el organismo.
Para que esto funcione, te ofrecemos unas pautas sencillas que mejorarán tu salud respiratoria a través de una práctica prolongada.