Mientras seguimos con el intento de recuperarnos del golpe que ha provocado la COVID-19 y esperamos la vacuna definitiva, puedes empezar por mejorar tu sistema inmune.

Cuando una enfermedad aparece es porque debe de haber un agente patógeno, como los virus, y un cuerpo, como el resto de los seres vivos, que hospede a los agentes. El huésped que lleva los agentes patógenos no tiene que enfermarse inmediatamente al entrar en contacto con ellos. Los podemos tener cerca sin presentar síntomas de la enfermedad (paciente asintomático). Nos encontramos mal cuando nuestro cuerpo se convierte en un hábitat atractivo para los agentes patógenos.

Si logramos ser lo menos atractivos posible para los agentes al fortalecer nuestro sistema inmune, podemos bajar las posibilidades de contraer enfermedades. Te ofrecemos las siguientes ideas y maneras para que puedas inmunizar tu organismo y ser menos susceptible para coger las enfermedades.

1. Hidrátate. El agua es una buena fuente para depurar las toxinas que tengas en tu cuerpo. En verano te será más fácil regular tu consumo del agua ya que si tienes sed reaccionarás instintivamente. Para los meses más fríos, debemos acordarnos de beber para no perder la costumbre. Nuestro cuerpo ha perdido la capacidad de indicar instintivamente cuándo tenemos sed, ¡siendo más confuso cuando pasamos hambre!
2. Haz ejercicio. No solo mejoraremos nuestro sistema cardiovascular y llegaremos a nuestro peso ideal, también mejoraremos nuestra inmunidad a través de una buena circulación sanguínea, permitiendo un mejor funcionamiento de nuestras células. 
3. Duerme bien. Solemos no tener en cuenta una buena sesión de sueño. Las pruebas que indican la importancia de descansar bien son rotundas en la actualidad. Al dormir, nuestro cuerpo nos repara y regenera, algo esencial para adquirir un sistema inmune más férreo.
4. Reduce tu estrés. Aunque suele ser más fácil decirlo que ponerlo en práctica. Decídmelo a mí. El estrés puede revertir todas las cosas que intentamos hacer para que nos sintamos mejor. Unos simple rituales como respirar profundamente o ponerse una máscara facial por la noche puede ayudarnos bastante con nuestra salud. Una buena razón para mimarnos un poco más.
5. Come bien. Come de todo para que nuestra fuente de antioxidantes esté bien cubierta. Las comidas que contienen probióticos, como las comidas fermentadas, son algunas de las que más benefician a tu sistema inmune. Si no te gusta el sabor, debes tener en cuenta que debes ir poco a poco con esto, ya que estas comidas son ricos en nutrientes. Para mejorar nuestra inmunidad también es necesario reducir el consumo de dulces y comidas procesadas.
6. Toma complementos naturales. La vitamina C y D, el zinc o los hongos en formato de cápsulas son una fuente rica en nutrientes para fortalecer nuestra inmunidad. El Cordyceps y la cola de pavo son de los hongos más antibióticos y que más fortalecen nuestro sistema inmune. Las recomendamos sobre todo tras la irrupción de la COVID-19.